La Selección Argentina Sub-20 completó una fase de grupos perfecta y se quedó con el liderazgo del Grupo D tras sumar tres victorias en igual cantidad de presentaciones. Con un rendimiento sólido y contundente, el equipo dirigido por Diego Placente acumuló nueve puntos, convirtió ocho goles y apenas recibió dos, consolidándose como uno de los equipos más regulares del torneo.
En el segundo lugar del grupo quedó Italia Sub-20 con cuatro unidades, mientras que Australia (3 puntos) y Cuba (1) completaron la tabla. De esta manera, el conjunto nacional accedió a los octavos de final con el mejor registro de su zona, manteniendo un invicto que ilusiona a los hinchas y fortalece al plantel en el camino hacia el título.
El rendimiento argentino fue de menor a mayor. En su debut, el equipo mostró autoridad para imponerse con claridad, y con el correr de los partidos logró afianzarse colectivamente, combinando orden táctico con eficacia en ataque. La defensa respondió con solvencia y el mediocampo fue clave en la recuperación y la generación de juego, mientras que los delanteros aprovecharon cada oportunidad para marcar la diferencia.
Con el boleto asegurado, el próximo desafío será ante Nigeria, un rival de jerarquía y habitual protagonista en los mundiales juveniles. El seleccionado africano se caracteriza por su potencia física, velocidad y capacidad para aprovechar los espacios, por lo que se espera un duelo intenso y equilibrado. Argentina buscará imponer su estilo de juego y confirmar el buen momento futbolístico que atraviesa.
El encuentro de octavos de final se presenta como una nueva oportunidad para que el conjunto argentino ratifique su crecimiento y mantenga viva la ilusión de seguir avanzando en la competencia. Con un equipo que combina talento, carácter y efectividad, el sueño de levantar el trofeo sigue intacto.
