En La Armonía, el aire estaba cargado de una tensión electrizante. El Clásico de Colón había llegado, y el enfrentamiento entre La Armonía y Federación prometía ser una batalla épica. El resultado no defraudó: un partido caliente, con un final de infarto que dejó a los locales celebrando una victoria sudada.
Desde el primer cuarto, quedó claro que no sería un partido más. Ambos equipos salieron a la cancha con la defensa como principal arma. Cada punto se luchaba con una intensidad feroz, y el marcador reflejaba esa paridad: un ajustado 19-17 a favor de La Armonía. El juego de Federación se basaba en la velocidad y el contraataque, mientras que La Armonía apostaba por el juego interior, aprovechando la fuerza de sus pivots.
En el segundo cuarto, los locales lograron afianzar su juego. La Armonía encontró la manera de sortear la presión defensiva de Federación y, a través de una racha de triples, lograron sacar una ventaja considerable. La afición local, encendida, animaba cada canasta como si fuera la última. El marcador al descanso lo decía todo: 38-29.
Pero el básquet es un deporte de rachas, y el tercer cuarto lo demostró. Federación no se rindió. Con un despliegue de coraje y precisión desde el perímetro, recortaron la distancia a un solo punto. La Armonía, que parecía tener el control del partido, se vio superada por la reacción de su rival. La tensión era palpable, y el silencio de los espectadores solo era roto por los gritos de los entrenadores y el chirrido de las zapatillas sobre el parqué. El marcador al final del cuarto: 54-53.
El último cuarto fue una montaña rusa de emociones. Cada posesión era una final, y cada error se pagaba caro. Ambos equipos intercambiaban canastas, y la delantera cambiaba de bando una y otra vez. El partido se definió en los segundos finales. La Armonía, con la sangre fría necesaria para un momento tan crucial, se aferró a la victoria con una defensa implacable y un par de tiros libres decisivos. El pitido final desató la euforia en la cancha y en las tribunas. El marcador definitivo: 79-72.
Fue un triunfo que se festejó como un campeonato. La Armonía no solo ganó el partido, sino que también demostró su carácter y su capacidad para sobreponerse a la adversidad. Un verdadero espectáculo de básquet.