Fabian, un reconocido entrenador de boxeo de Concordia, compartió su perspectiva sobre la importancia del deporte en la formación integral de los jovenes, haciendo énfasis en el boxeo. Con una larga trayectoria, que incluye su formación en la Federación Argentina de Box y su experiencia como docente, Fabian dirige su propia escuela de boxeo en Concordia, la cual comparte espacio con otros gimnasios.
Fabián resalta que su principal objetivo no es solo formar deportistas, sino también personas. “Para mí está la persona y después el deportista”, afirmó. Él busca inculcar principios y valores que considera esenciales para la sociedad y para la vida de cada joven. Según el entrenador, un deportista formado es una persona que puede aportar mucho a la sociedad.
La escuela de Fabián, llamada “Boxeo Fabián Monzón,” se enfoca actualmente en el boxeo competitivo debido a la limitación de espacio. Sin embargo, en el pasado, trabajó con el boxeo recreativo y también se aventuró en el boxeo infantil sin contacto para niños de 5 a 12 años, impulsado por una iniciativa de la FAB. Esta categoría para los más pequeños es crucial, ya que los niños no pueden competir hasta los 14 años, una edad en la que se considera que tienen la madurez suficiente.
Una de las grandes responsabilidades de Fabián como entrenador es la preparación integral antes de una pelea, que no solo incluye el aspecto físico, sino también el mental. Para él, el boxeo moderno requiere que los atletas tengan un alto nivel de preparación física y mental, por lo que el coaching psicológico es muy necesario. A pesar de no ser psicólogos, los entrenadores deben fortalecer la mente de los jóvenes, dándoles herramientas para superar el miedo y dar su mejor esfuerzo en el ring. Fabián describe el rol del entrenador como complejo, asumiendo roles de padre y psicólogo, y enfrentando grandes responsabilidades.
Fabián ha participado cuatro veces en los Juegos Nacionales Evita, un evento que considera fundamental para la proyección de los jóvenes boxeadores. Fabián, como técnico nacional formado en la FAB, tiene la prioridad de asistir a estos eventos. El entrenador destaca que esta competencia es la primera experiencia de los jóvenes en un entorno de alta exigencia, donde aprenden la disciplina necesaria, como mantener el peso corporal y la fortaleza mental.
Los Juegos Evita son una plataforma clave para que los jóvenes talentos se destaquen. Según Fabián, un boxeador que gana dos años consecutivos el campeonato en los Juegos Evita tiene grandes posibilidades de convertirse en campeón argentino amateur y de progresar en su carrera profesional. Además, estos juegos son un motor de autoestima y constancia para los deportistas, brindándoles herramientas valiosas en un ambiente altamente competitivo con participantes de todas las provincias del país.
A pesar de su importancia, Fabián expresa su preocupación por la desorganización en Entre Ríos con respecto a estos juegos. A diferencia de otras provincias como Córdoba, que tienen una estructura para preparar a los equipos, Entre Ríos carece de una organización adecuada. También lamenta la interferencia de la política en el deporte, lo que, según él, podría dañar la proyección de los atletas. Fabián espera que, a pesar de los obstáculos, los juegos puedan continuar, ya que son esenciales para los técnicos formadores y para el futuro de los jóvenes.
Más allá de la competencia, Fabián enfatiza el valor social de los Juegos Evita. “El rol que cumplen los juegos Evita en la sociedad es grandísimo”, sostiene, argumentando que estos eventos le cambian la perspectiva de vida a los jóvenes, sacándolos de entornos potencialmente tóxicos y permitiéndoles conocer otras realidades, culturas y personas de todo el país. Para Fabián, estos juegos son una inversión social que genera un “plus extra”, ya que amalgaman el deporte con la formación personal y cultural de los chicos, ofreciendo una experiencia que a veces ni la escuela puede brindar.